Después me di cuenta que no era así, y me pregunté si ese humo no saldría de nuestras cabezas, sería un poco extraño sí, pero quizás estábamos ante un nuevo fenómeno, quizás estábamos pensando más de lo permitido, como cuando el sistema empieza a andar lento en la computadora, bueno una cosa así, pero con humo residual.
Meteorología, alertó de una posible nueva saturación de nuestras cabezas, dio algunas recomendaciones.
Consejos para el humo:
- No exponerse demasiado al mismo.
- Si sentimos mucho olor a humo, posiblemente seamos nosotros el foco ígneo y no lo veamos porque el humo suele salir por las orejas. La recomendación es, automáticamente, dejar de pensar, y tratar de enfriar la cabeza sumergiéndola en un balde de agua, si se puede, fría.
- Tener siempre a mano un balde de agua, de modo de poder cumplir adecuadamente con el procedimiento recomendado en el punto anterior. Han llegado avisos de que una vez que la gente desconecta su cerebro y deja de pensar, no le da para buscar un balde y llenarlo de agua.